Venezuela y la responsabilidad para proteger



Durante las ultimas semanas el tema de la responsabilidad para proteger y la acción de los países del hemisferio en relación con Venezuela comienza a aparecer en la agenda.
¿Qué es la responsabilidad para proteger?
Es una respuesta teórico-política desarrollada por la comunidad internacional frente a la tradicional inacción de la soberanía tradicional al enfrentar las graves violaciones a los derechos humanos y las graves crisis humanitarias. 
La degradación del conflicto en la antigua Yugoslavia y el genocidio en Ruanda, dejaron en la comunidad internacional y la opinión pública global, la sensación de que una intervención a tiempo, habría evitado miles de muertes.  A partir de esa idea, pensadores y gobiernos comenzaron a trabajar en el desarrollo de un sistema de alertas tempranas, intervenciones puntuales y un posterior trabajo de reconstrucción para articular el trabajo de la comunidad internacional.  
Cuando el tema comenzó a ser evaluado a comienzos del siglo XXI, muchos pensaron que los países defenderían la idea de la “autodeterminación de cada país”. Sin embargo, cuando se comparó el daño de la soberanía absoluta con los daños de los gobiernos dictatoriales podrían causar, se llegó al consenso, que la intervención sería un mal menor. 
Algunas regiones lo adoptaron, por ejemplo, el tratado de la Unión Africana incluyó la posibilidad de intervenir en un estado miembro, si se cometían crímenes de lesa humanidad o al menso graves crímenes de derecho internacional.  En el caso de las Américas, el consenso desarrollado no consideró urgente una disposición como la africana, pero si un mecanismo de protección de las democracias, como fue la Carta Democrática Interamericana.
La Organización de las Naciones Unidas, a partir del año 2009, desarrolló una estrategia para su implementación en la práctica. Este sistema crea alertas tempranas, con acciones políticas, intervención de la Corte Penal Internacional y como último recurso, las sanciones y el uso de la fuerza. 
El primer y único uso de la estrategia como fue diseñada, donde los actores globales se alinearon para su uso fue el caso de la intervención en Libia el año 2011.  La aprobación de esa intervención ocurrió con el consenso del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas. El resultado fue un desastre políticamente hablando y que se resume en la muerte del líder Libio Muhammad Gadafi, linchado por la población de su país. Esa foto eclipsó los crímenes de guerra cometidos por el régimen libio y la forma como ese gobierno reprimió a su pueblo.  A partir de esa fecha, la comunidad internacional dio un paso atrás y desde esa fecha no se ha podido construir el consenso para su actuación. 
El caso venezolano, casi 10 años después, comienza a perfilarse. Los organismos regionales solicitaron a la comunidad internacional su actuación, la Corte Penal Internacional abrió una investigación y la construcción de una operación de ayuda humanitaria esta en construcción. Un grupo de países esta solicitando la actuación de la comunidad internacional, pero cada uno lo solicita de distina forma.
Este tema ha evolución con distintos debates teórico como “responsabilidad para proteger” presentado por Brasil. 
En Venezuela la realidad esta siguiendo el modelo de la intervención humanitaria. Todos los elementos están presentes. 
El debate será teórico en el futuro para evaluar que paso; en la práctica hoy esta pasando.

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