ALBA, CAN y la crisis financiera mundial


En las últimas dos semanas se han producido, al menos 3 reuniones cuyo objetivo principal ha sido atender la crisis financiera y económica mundial. Primero, la cumbre del Grupo de los 20 en Washington; la segunda, la Cumbre de la Asociación de los Estados de la Cuenca del Caribe (APEC) en Lima y la tercera, la Cumbre del ALBA en Caracas esta semana.

Cada uno de esos encuentros serviría para escribir una serie de libros, pero todos tienen un denominador común: no han servido para detener la crisis. Esta situación que comenzó como una falta de liquidez originada por los créditos malos, pasó a ser un problema financiero internacional, que ya es una crisis económica de carácter global que señala una gran falta de liderazgo. Ninguno de los muchos jefes de estado que se han reunido tiene la fuerza, credibilidad y empuje para convencer a los mercados internacionales, nacionales y sus respectivos pueblos de la capacidad para solventar este grave trance.

Una muestra interesante de esta falta de liderazgo y compromiso, la protagonizan los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador en el marco de la última Cumbre del ALBA. Este grupo político que inicialmente se denominó Alternativa Bolivariana para las Américas, en oposición a la desaparecida ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), pero que ahora se llama ALBA-TCP, es decir ALBA Tratado de Comercio de los Pueblos, fue primero un grupo de carácter político, pero ahora lanza la idea de crear una zona monetaria, con una unidad de cuenta común y una cámara de compensación de pagos, además de un fondo de estabilización y reservas.

Pero la verdad es que todos estos organismos ya existen, tienen una gran experiencia y forman parte del Sistema Andino de Integración de la Comunidad Andina (CAN). Si Venezuela no hubiera notificado su salida del grupo de integración más avanzado del continente, un domingo en un “Aló presidente”, estos 3 países tendrían la capacidad para iniciar las reformas necesarias al interior de la CAN, y en cuestión de semanas, echar a andar la integración y generar un paliativo a esta situación mundial. Estos organismos como la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), de gran experiencia y estructura jurídica, podrían continuar el trabajo de articulación ya iniciado en las negociaciones con MERCOSUR y, en poco tiempo, garantizar una mayor seguridad colectiva, tanto en los campos políticos como económicos.

La construcción de la unidad continental, anhelo que nos acompaña desde la separación de la corona española, sólo había logrado consolidarse como una realidad operativa en los últimas décadas pero las visiones parciales y partidistas han logrado que América Latina esté hoy más divida que hace 10 años.

Los países de la América Andina deberían estar dando la pelea al interior de la CAN, tomando como marco su institucionalidad jurídica, experiencia y empuje. Pero así estamos, arando en el mar, al dejar que esta crisis avance y se profundice, mostrando que el mayor recurso del que se carece es un liderazgo maduro, acorde con la situación que se enfrenta.

Comentarios

Noemi ha dicho que…
Un comentario muy sensato, digno de un conocedor de la materia como tu...Pero como tu lo asomas el liderazgo no està a la altura y las apetencias personalistas estan sobre las colectivas sobre todo en èsta nuestra querida Patria... Muy bueno