Obama y Baltimore

La elección de Barack Obama como el primer presidente negro de los Estados Unidos llenó de esperanza a muchos colectivos. La presencia del primer jefe de la Casa Blanca podía representar el fin de una época y el comienzo de otra.  Un símbolo en si mismo de los cambios que podían venir en la sociedad del país del norte. Esa fue la interpretación del Comité Sueco cuando en el año 2009 le otorgaron el Premio Nobel de la Paz.

Sin embargo, en las relaciones entre los grupos raciales parece no haber mucho avance. En lo que va del año 2015, se han presentado graves casos de violencia racial en toda la unión americana, entre policías blancos y ciudadanos negros, detenciones ilegales, ejecuciones extrajudiciales y que han visto su máxima expresión esta semana en la ciudad de Baltimore.

Esta ciudad a menos de una hora de la capital de los Estados Unidos, ha sido declarada en toque de queda y ocupada policial y militarmente para imponer el orden después de la muerte de un ciudadano negro de nombre Freddy Grai, que estaba en custodia policial.  Los enfrentamientos entre mas de 5000 policías y manifestantes dejaron decenas de heridos. 

Sin duda, este no es un hecho nuevo, como lo señaló el día de ayer el Presidente Barack Obama. Pero lo que si es nuevo es la frecuencia de las tensiones y que el primer presidente negro en la casa blanca diga que los agresores son criminales.   Esta declaración de la Casa Blanca, pensada y meditada por la presidencia trataba de estar bien con todos, especialmente con las fuerzas policiales que se sienten atacadas por todos. Pero en la práctica fue un error político frente a la comunidad que se sentía reivindicada por la llegada de uno de los suyos al poder.

La violencia racial en los Estados Unidos, como dijo Obama no es nueva. Pero se incrementa en la realidad diaria de ese oaís. La participación porcentual de los latinos y su ascenso en el mercado laboral, han contribuido a rezagar aún este grupo. Y las cosas se complican en todos los temas de la agenda social. Una buena fotografía de estas tensiones las representa, en su propio estilo,  el último libro de Tom Wolf, “Bloody Miami” algo así como “Miami ensangrentada”, libro que se desarrolla en la ciudad más importante para la comunidad latina.


Esta situación y las declaraciones presidenciales de fondo, en un año de campaña electoral pueden ser un detonante importante para más explosiones sociales; muchas declaraciones y pocas soluciones.  Ya la precandidata demócrata Hillary Clintom encendió la mecha en una conferencia en la Universidad de Columbia en Nueva York, llamando a un dialogo sobre las razas.  Pero los temas de fondo permanecen.  Por otro lado, los manifestantes en las calles de Baltimore pedían lucha por los derechos civiles.  Fotos que parecen arrancadas de las marchas de Martin Luther King en la década de los sesenta.  Los problemas de la sociedad de los Estados Unidos aún se encuentran por discutir e implementar sus soluciones. Pero en año electoral, hay pocas esperanzas. Tendremos que esperar por un nuevo jefe en la Casa Blanca.

Publicado en el diario Tal Cual de Caracas, 8 de mayo 2015

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