El planteamiento desde el punto de vista
político, en la esfera internacional, no es fácil. Un país mediano pero
petrolero de América Latina reclama las el 75% de un país soberano, pequeño y
de herencia britanica. Este discurso ha
tenido un gran eco en la comunidad de países de origen británico del caribe y
que ha sido un peso negativo en la política exterior de nuestro país, por
décadas, Guyana representó un veto para el ingreso o aspiraciones de Venezuela
en el movimiento de los no alineados y en muchos otros foros.
Sin embargo, la verdad de esa relación es
mucho mas compleja y en esa forma se ha estructurado una aproximación
diplomática al tema.
Guyana es una república independiente que
heredó un problema colonial con una país del continente. El acuerdo entre Venezuela y el Reino Unido,
donde fue invitado el gobernador colonial de Guyana, crea un mecanismo de
solución diplomática, que tiene por objetivo fundamental: “buscar soluciones satisfactorias para el
arreglo práctico” tal y como lo establece el artículo 1 del Acuerdo de
Ginebra. El mecanismo establecido en el
año 1966, bloqueaba el acceso a los recursos naturales del area en disputa, con
el objeto de acelerar la decisión final de ambas partes. Sin embargo, en casi
50 años no ha habido ningun arreglo, ni se ha generado el espacio para una
solución y quizas lo que es peor, la desconfianza entre los dos estados,
gobiernos y pueblos ha crecido en contra del propio acuerdo, pero tambien en
contra de cada uno de los gobiernos.
Se impone una actitud
racional de ambos países. Para
Venezuela, recuperar una parte del territo esequibo, en especial para ampliar
su fachada atlantica y eventualmente recuperar el limite del Rio Esequibo. Para
Guyana es fundamental la estabilidad en la construcción de un proyecto de
sociedad y pais, que ayude a superar la pobreza que lo convierte en el mas
pobre de sur America.
Estas graves tensiones
tienen que forzar a ambas sociedades a buscar esa solución tan necesaria para
la paz de todo el continente.
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