Cuando esta columna vea la luz digital
sabremos cuales fueron los entretelones de la Séptima Cumbre Iberoamericana de
la OEA. Después de casi una década de
que los presidentes de la nueva izquierda continental preludiaban el fin del
órgano hemisférico, parece más fuerte que nunca. El regreso del Gobierno de la Habana a las
citas continentales, después de su suspensión por promover la revolución, será
el plato fuerte.
Sin embargo, Venezuela se encuentra en
esta Séptima Cumbre en el otro lado de la historia. Cuando en 1962, el Gobierno de Rómulo
Betancourt se defendió de la injerencia de la política cubana en la guerrilla
armada en nuestro país, se unió al grupo de países que en continente
suspendieron a Cuba de la OEA. Ahora,
mas de 50 años después, el Gobierno Revolucionario, tiene una posición en
contra de la historia.
La Cumbre encuentra a una Venezuela que
denunció el Tratado más importante de protección de los Derechos Humanos de
América, la Convención Americana de Derechos Humanos que crea la Corte
Interamericana de Derechos Humanos; con una crisis política que no permite la
asistencia de los organismos regionales, que no permite la observación
electoral internacional; que no permite la visita de los relatores de los
organismos internacionales, que recibe sanciones de diversos comités y
comisiones de protección de derechos humanos de la ONU.
Este panorama no esta completo sino se
dibuja el aislamiento político. La otrora poderosa ALBA pareciera que no tiene
sus mejores días. Nicaragua, amenazado
con complicar las deliberaciones, después de la escena de la Cumbre de la CELAC
en Costa Rica. Bolivia y Ecuador han
tenido un perfil bajo. Pero la señal mas
poderosa de la falta de apoyo político lo representa la firma por parte de 21 expresidentes
de la región llamando a un cambio político del organismo en relación con el
Gobierno Bolivariano. La lista es muy interesantes: Eduardo Duhalde de Argentina, el boliviano
Jorge Quiroga, el chileno Sebastián Piñera, los colombianos Andrés Pastrana,
Álvaro Uribe y Belisario Betancur, los costarricenses Miguel Ángel Rodríguez,
Rafael Ángel Calderón, Laura Chinchilla, Óscar Arias y Luis Alberto Monge, el
ecuatoriano Osvaldo Hurtado, los salvadoreños Alfredo Cristiani y Armando
Calderón, el español José María Aznar, los mexicanos Felipe Calderón y Vicente
Fox, la panameña Mireya Moscoso, el peruano Alejandro Toledo y el uruguayo Luis
Alberto Lacalle. Ese documento será leido.
La diplomacia
bolivariana del Presidente Maduro anunció como objetivo la entrega de un
documento con millones de firmas de funcionarios públicos venezolanos que
solicitan la derogatoria del Decreto de los Estados Unidos que permite la
sanción a los funcionarios públicos bolivarianos. Sin embargo, su presencia, alejado de los
temas claves, en una posición defensiva, se convierte en una compañía poco
grata para quienes quieren promover el desarrollo en sus países. Especialmente despues de la visita del
Presidente Obama a Jamaica para mejorar las relaciones con los países de la
cuenca del Caribe.
En esta Septima Cumbre
de la OEA en Panama, del órgano que presume ser la heredera del Congreso
Anfictionico que ese mismo lugar convocó el Libertador Simón Bolivar, encuentra
a Venezuela aislada y en contra de las agendas regionales.
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