Ruptura de izquierda


El milenio latinoamericano ha estado marcado en términos políticos por la izquierda.   El proceso de democratización que abrieron partidos políticos de centro, centro derecha, liberales o neo liberales, dieron paso a coaliciones políticas donde el signo de izquierda fue consolidándose poco a poco.

A partir de la victoria del chavismo en Venezuela en 1999, se fue acuñando la idea  del “socialismo del siglo XXI”, que fue acomodando a la izquierda alrededor de la figura de Fidel, Cuba, Revolución, Chávez, etc. Allí fueron anidando cómodamente las figuras históricas como Daniel Ortega en Nicaragua y Lula Da Silva en Brasil,  figuras ascendentes como Evo Morales y gobiernos con signo izquierdista, pero mucho más al sur, como el caso de los Kirchner en Argentina, Michelle Bachelet en Chile y José Mujica en Uruguay.

Sin embargo, el anuncio de las largas negociaciones entre Raúl Castro y la administración Obama para el levantamiento del embargo contra la isla, fueron una sorpresa general. Hasta el Papa en el Vaticano estaba al tanto y colaborando, mientras en Managua o Caracas, se convocaban marchas anti imperialistas.

Este anuncio de negociaciones entre Cuba y Estados Unidos ha creado graves problemas para la diplomacia continental. Por un lado, el socialismo del siglo XXI pierde coherencia, ya que es imposible para la Habana, apoyar el radicalismo de algunos de los miembros de esta asociación y por el otro lado, el Gobierno Bolivariano de Caracas, ya no tiene la fuerza para imponer sus posiciones geopolíticas como consecuencia de la baja del precio del petróleo y la casi inoperatividad de los acuerdos de Petro Caribe, que estaban articulados en base al precio del petróleo. Es decir, mientras más caro  el precio, mayor el financiamiento y el apoyo. Así como, mientras menor el precio, menos apoyo y casi sin necesidad de financiamiento.

Esto podría ser una disquisición teórica de parte de este analista, sino hubiéramos presenciado la ruptura más grande en la acción del Socialismo del Siglo XXI en la Cumbre de la CELAC en Costa Rica.  La delegación de Nicaragua, deliberadamente saboteo el dialogo de presidentes, y los primeros en rechazarlo fueron Brasil y Ecuador, países que forman parte de esta corriente política.  Esta acción de Daniel Ortega abortó la parte crucial de la Cumbre de CELAC, pero sobre todo llena de dudas el futuro del dialogo entre Cuba y Estados Unidos que se desarrollará en Panamá en Abril en ocasión de la Asamblea General de la OEA. 

El reto de la ahora conservadora Cuba, de mantener a los socios del socialismo del Siglo XXI cerca pero no tanto, será la gran tarea  por delante de los Castro. 

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