Las organizaciones internacionales son
instituciones políticas. Estas entidades, pueden ser inter gubernamentales o
meramente gubernamentales, es decir, están representados por los poderes
ejecutivos de los estados miembros o por una representación de estos estados.
De tal forma, que en general todas las decisiones son productos de calculados
operaciones de matemática política.
Estos cálculos políticos en ningún caso restan valor a las políticas que
estas entidades adelantan en todos los campos de la vida humana, desde la
Organización de Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, hasta
las mas especializadas organizaciones como la OMS, Organización Mundial de la
Salud, UNESCO, para la educación, por nombrar solo algunas de la larguísima
lista de organizaciones internacionales existentes en el mundo.
Una forma de ver la complejidad de estas
organizaciones tiene que ver con quien ejerce el máximo liderazgo de la
entidad, normalmente un Director o el Secretario General. Estos son electos por
votación o consenso entre los países miembros, de tal forma que deben reflejar
la visión general de quienes los eligen, guardando siempre una visión de
respeto a los estados que votaron o no por su mandato. En una ocasión, la revista londinense “The
Economist” al referirse al Secretario General de la ONU Ban Ki Moon, lo
calificaba como muy secretario y poco general, para describir la lentitud de su
inició de gestión.
Esta larga introducción me permite
referirme a las declaraciones del Secretario General de UNASUR, Ernesto Samper,
en referencia al asesinato del diputado venezolano Roberto Serra. UNASUR, Unión
de Naciones Suramericanas, integrada por 12 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador,
Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, eligió al ex presidente
colombiano para que representará y adelantará sus funciones en representación
de los 12 estados. Por eso, sorprende
que el Secretario General Samper, acusará al paramilitarismo de un país
miembro, por actuar contra un miembro de los poderes públicos de otro país
miembro sin que apenas se hubiesen investigado los acontecimientos que rodearon
el caso.
Estas declaraciones del Secretario
General Samper rebasan la intromisión en asuntos internos, logran inmiscuirse
en asuntos internos de dos estados al mismo tiempo y violar su propio mandato
de neutralidad y compromiso con el cargo asumido. Ciertamente son infortunadas e inaceptables.
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