Asamblea General en la ONU

Como cada año, el ceremonial de la mas alta tribuna de la Diplomacia Internacional se inició: la Asamblea General de la ONU en su sesión 69.

Los presidentes, jefes de estados, reyes y ministros toman el estrado de Nueva York, para enviar un mensaje, para pedir, reclamar o simplemente tomarse una fotografía única para cualquier hombre o mujer de estado.

En este caso, quisiera enfocarme en dos temas: la celebración de una cumbre previa sobre el cambio climático y luego la Asamblea General, con las intervenciones del Presidente Barak Obama y los presidentes de la región.

La Cumbre sobre el Cambio Climático, constituye uno de los ejes de la gestión del Secretario General Ban Ki Moon.  Llevar la discusión sobre el cambio climático, al mayor nivel diplomático posible, para darle piso a la cumbre que para negociar los nuevos acuerdos que se desarrollan en el año 2015.  Hay un consenso general que el cambio climático esta desatando fuerzas en la naturaleza, que esta afectando la forma como concebimos la vida en el mundo, las lluvias, las temperaturas, pero sobre todo esta afectando la agricultura, la ganadería, el agro en general, pero sobre todo, amenaza a ciudades costeras, e incluso a países insulares, que con la subida del nivel de las aguas, podrían desaparecer.  Los discursos de los presidentes y jefes estado que participaron, subrayaron la importancia del tema y le otorgaron a las próximas negociaciones el piso político que requerían.

Al día siguiente, comenzó la sesión 69.  El discurso del Presidente Barak Obama de los Estados Unidos, en mi opinión, ha sido uno de sus mejores discursos desde que se inició su administración. El tema de la amenaza que los grupos islámicos fundamentalistas en Irak, ISIS o IL según el tiempo o los analistas, centró su discurso, pero el tema se articuló no como la cruzada que en su época represento la administración Bush II, sino como la necesidad de asumir las responsabilidades internacionales, sobre un tema que supera una visión religiosa, sino que tiene causas mucho mas complejas que una interpretación del Coran. Los comentarios, comparaciones y visión global, dejaron un buen sabor en la política internacional, que requiere como nunca un consenso global.


Los presidentes latinoamericanos, en general, llevaron al foro global las agendas nacionales. Quizás el peor caso sería el brasileño, donde la Señora Ruseff presentó una oferta de campaña, faltando un par de semanas para su propia elección.  El mejor fue el chileno, donde la Presidente Bachellet formuló un reclamo muy claro a la inacción del sistema universal. El caso venezolano, el primer discurso de Maduro, formulo una extraña frase de cruzada del amor contra el terrorismo, pero respetando los limites soberanos nacionales.  Posición difícil de entender.  

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