Esta semana se cumplió el 25 aniversario
del asesinato de Luis Carlos Galán. Este importante político colombiano fue
victima del sicariato el 18 de agosto de
1989, solo un par de días de después de visitar nuestro país, en particular en
Caracas, donde tuvo contactos con la clase política del momento, como fue Ramón
J. Velásquez y Pompeyo Márquez de forma muy especial.
En esa campaña presidencial colombiana,
fueron asesinados tres candidatos:
Carlos Pizarro y Bernardo Jaramillo representantes del movimiento de
izquierda Unión Patriótica (UP) y el
propio Carlos Galán, que aunque representante del Partido Liberal era
abanderado de una corriente denominada el Nuevo Liberalismo, que representaba
para muchos un renacimiento dentro del partido, en un compromiso mucho más
social. Las elecciones de 1990 marcaron un punto culminante en la violencia
colombiana, donde la actuación de los grupos del narcoterrorismo esparcieron la
violencia a niveles desconocidos incluso para la propia Colombia.
A 25 años de aquellos fatídicos días,
podemos decir que el país vecino avanza en un proceso de consolidación de una
plataforma que podría devenir en una paz sustentable y duradera. Fue necesario
que el deterioro del conflicto interno llevará a un gobierno muy enérgico como
el encarnado por Álvaro Uribe que luego permitiría al Ministro de Defensa de
ese gobierno, Juan Manuel Santos iniciar
uno de los procesos de dialogo de paz mas amplio, complejos e incluyente que se
conozcan en los tiempos recientes. El Gobierno Colombiano ha tenido que abrir
en un espacio frente a la Corte Penal para permitir las conversaciones,
establecer las áreas de las conversaciones, incorporar por primera vez a las
víctimas en la mesa. Sin embargo, todos estos avances se han dado sin un cese
al fuego entre las dos partes.
Hasta la fecha las conversaciones de paz
celebradas en la Habana se celebrado entre las FARC y el Gobierno Colombiano. El
proceso de paz se dividió en mesas de trabajo, que incluye: desarrollo agrario,
participación política, fin del conflicto, drogas y en este momento víctimas.
Otros grupos como el ELN han solicitado
incorporarse a las conversaciones, así como grupos paramilitares. Sin embargo, temas claves como la
participación política y un perdón de los crímenes cometidos en el contexto del
conflicto, siguen siendo una piedra de tranca en el proceso.
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