Como cualquier habitante de nuestro
planeta, cada cuatro años nos convertimos en especialistas en futbol. Que si
tal selección, que si fue penalti, que el fuera de juego y pare usted de contar
de las estadísticas de cada jugador. El
que escribe, irredento seguidor de los Leones del Caracas, se une a esta fiesta
de comentarios y trata, en la medida de lo posible, coincidir con otros
especialistas en beisbol, para hablar de las expectativas del mundial de
futbol, con la misma autoridad que si fuera nuestro campeonato de beisbol
local.
Sin embargo, la vino tinto aun no va a un
mundial, convirtiéndonos en uno de los pocos países del continente americano
que no se ha medido en esa competencia global, así que de futbol no debería
hablar. Pero de lo que si puedo es expresar mi opinión sobre la relevancia de
la Copa Mundial y la intervención que la comunidad internacional debería tener
sobre un reunión tan global como la que ocurre cada cuatro años bajo los
auspicios de la FIFA.
En
el año 2006, en ocasión el Secretario General de la ONU Koffi Annan, relevaba su envidia como el más alto
funcionario del sistema universal, frente al papel que tenía el Presidente de
la FIFA Joseph Blatter. En ese artículo, afirmaba que la FIFA tenía mas miembros
que la ONU, que permitían medir públicamente el desempeño de los equipos y como
consecuencia, el Presidente de FIFA tenía mucho más poder que el Secretario
General de ONU.
La FIFA es una entidad privada, no regida
por los gobiernos y que agrupa a las federaciones nacionales. De tal forma que, ¿debe ser algo tan global e
importante como un torneo deportivo, que paraliza países enteros en cada juego,
estar en manos privadas? O al menos, ¿No deberían supervisarse los millonarios
fondos que manejan? O simplemente, ¿Un penalti es inapelable?.
Alguien diría, no con poca razón, que no
metieran a los gobiernos en la Copa de la FIFA, porque sin duda iría peor. Se
burocratizaría aún mas, se multiplicarían los gastos y no necesariamente sería
mas justo. Sin embargo, en defensa del
derecho internacional y de la diplomacia como un todo, unas reglas supervisadas
por el derecho internacional en representación de la comunidad internacional,
podrían general mayor transparencia y confianza a un evento que con los años ha
venido siendo manchado por esa falta de transparencia y graves casos de
corrupción, como los planteados por el mundial en los Emiratos Árabes. No proponemos que la FIFA se integre a uno de
los comités existentes en la ONU, pero si una mayor transparencia en
representación de los millones de millones de personas que cada cuatro años
dejan el corazón frente a un televisor, por una bandera o un escudo de una
selección de un país, no de un club o una empresa privada.
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