Las re-elecciones presidenciales en América Latina se han
convertido en un ejercicio poco sorpresivo.
Sin excepción en los últimos años quien ejerce la presidencia y busca la
reelección, la obtiene. Podríamos elaborar ampliamente sobre el caso, desde la perspectiva
domestica, cuando este cambio se produce por la presión del propio jefe de
estado que ejerce el poder o porque los contrapesos institucionales al interior
de ese estado no funcionan de manera apropiada y no imponen el equilibrio
necesario para que el presidente-candidato no opaque de forma demasiado
evidente a sus adversarios. Podríamos
llenar esta columna con los casos de reelecciones con el caso de Hugo Chávez en
Venezuela, Cristina Kirchner en Argentina, Lula Da Silva en Brasil, Rafael
Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua o Álvaro
Uribe en Colombia por mencionar algunos casos.
Pero en esta ocasión, la reelección de Juan Manuel Santos a
la presidencia de Colombia, no reúne ninguno de los elementos antes descritos.
El Presidente Juan Manuel Santos no modificó las normas constitucionales, se apegó a los
controles impuestos y en general respeto el marco impuesto. Quizás por esa descripción, es que el
resultado pudiera ser distinto. El
Gobierno de Juan Manuel Santos se dedicó a una agenda política que se aglutinó
en la última parte de su gestión, a un solo tema: el proceso de paz. Este norte de la administración Santos sirvió
para establecer una gran plataforma de estado, no exenta de polémica.
Especialmente por el hecho de que su elección, fue de la mano del Presidente Álvaro
Uribe, para quien ejerció el cargo de Ministro de la Defensa. Y no es fácil
pasar de ser el ministro de guerra al presidente de la paz.
Durante la campaña electoral, el Presidente Santos estaba
solo, sin contrincante. Pero la espera
por el hombre que representaría a Álvaro Uribe, calentó la escena y la
aparición de Oscar Zuluaga, como el ariete del uribismo. Esa estrategia dio sus
frutos y en la primera vuelta, el candidato del uribismo derrotó al candidato
presidente.
Ahora, en la segunda vuelta que se celebrará el domingo, no
hay nada claro. Para el uribismo, el discurso de la confrontación podría no ser
suficiente para ganar la presidencia. Para Juan Manual Santos, el acto de fe de
todos los sectores del país por construir una paz sustentable, es la única vía
a la presidencia.
En cualquier caso, el lunes se despierta una nueva realidad
en la frontera mas cercana a nuestro país, donde cualquier cambio tendrá un
impacto grande, para todos y todas.
Comentarios