La jurisdicción universal es un concepto técnico jurídico
que se refiere a la capacidad que tiene cualquier estado de juzgar los crímenes
cometidos en otro país. Es una acción
excepcional y no siempre poco entendida, que permite al estado que activa esta
persecución fuera de su territorio, aplicar su propia jurisdicción, es decir su
soberanía, para solventar el problema o perseguir el crimen que se comete.
Históricamente los temas que han sido aceptados como parte
de la competencia de jurisdicción universal fueron, primero la piratería, la esclavitud y así sucesivamente. Luego de la
caída del muro de Berlín, se ha asociado la idea de justicia universal con las
cortes especiales creadas por el Consejo de Seguridad de la ONU para la antigua
Yugoslavia y Ruanda. En esta apretada evolución desde lo internacional, la
Corte Penal Internacional viene a ocupar esta definición de la justicia
universal con los crímenes del Estatuto de Roma: Genocidio, Lesa Humanidad,
Crímenes de Guerra y Agresión.
Sin embargo, la idea de la justicia universal tiene mas que
ver con el ejercicio unilateral de un país sobre otro, como fueron los celebres
caso de Augusto Pinochet de Chile o Scilingo de Argentina por parte de la
jurisdicción española.
Estos temas han sido analizados esta semana en la
Universidad para la Paz por un conjunto de especialistas y protagonistas, como
son el Juez Baltasar Garzón, la Jueza de la Corte Penal Elizabeth Odio, el
jurista español Joan Garcés, los Profesores Joaquín González Ibáñez y Javier
López de Goicoechea entre muchos otros, con el apoyo del Instituto Berg sobre
la naturaleza de estas acciones y como deben desarrollarse. Por ejemplo, se discutió a plenitud el juicio
por genocidio al General Ríos Montt en Guatemala.
A una pregunta, sobre cuando se puede actuar en las
situaciones mas difíciles de violaciones de Derechos Humanos, uno de los
participantes que trabajo por mas de 20 años en Guatemala denunciando el
genocidio indígena, afirmó: debe documentarse todo, debe hacerse un claro
reporte y recopilar todas las pruebas que incriminen a los culpables. Nunca
sabes cuando llegará la oportunidad,
pero los violadores de derechos humanos en el mundo, ya tienen sus días
de disfrute de la libertad contados.
Quizás sea un final simplista, quizás sea idealista, pero
creo que es correcto. La impunidad para
la violación de los Derechos Humanos ya no existe.
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