Desde que los países del llamado “socialismo del siglo XXI”
llegaron al poder al finalizar el siglo XX en América Latina, la lucha contra
todos órganos y sistemas de protección de Derechos Humanos en la región ha sido
frontal y sin cuartel. No voy a reproducir, por conocida, la larga lista de
insultos de presidentes como Chávez, Evo Morales o Correa sobre el tema.
Sin embargo, desde la OEA el Embajador del Uruguay en la
última discusión sobre la reforma del Sistema Interamericano, Milton Romaní,
hacía un llamado a este grupo de países a no equivocarse y les recordaba que en
los obscuros años de las dictaduras militares en el Sur, esos órganos que ellos
atacaban fueron quienes salvaron la vida de miles de personas de las cárceles y
centro de tortura. El mensaje no tuvo
eco.
Ahora, en ocasión de esta jornada de protesta en Venezuela,
desde El Salvador, un alto representante del Frente Farabundo Martí de
Liberación Nacional, lanza en su columna una de las mas demoledoras criticas al
status quo de los gobiernos del socialismo del siglo XXI representados por
Maduro en Venezuela, cuando se refería a la represión que se vivió en contra de
los que luchaban por la democracia, señaló: “Por qué entonces era bueno que la
prensa internacional dedicara espacio y las fuerzas políticas de otros países
exigieran al gobierno salvadoreño el respeto a los derechos humanos, y ahora es
un irrespeto decirle a otros países cómo tienen que hacer sus cosas?”
Otro eslabón de esa cadena, ha sido la inacción de la OEA
por bloqueo de los países poderosos o por tecnicismo de quienes tienen el poder
o el conocimiento para evitar que se investiguen las violaciones de los Derechos
Humanos. Además, en el caso venezolano el Gobierno a desarticulado esta
protección de los DDHH, con la denuncia de la competencia de la Corte
Interamericana para Venezuela.
Sin embargo, en la Constitución de 1999, se aprobó el
artículo 29 que no deja dudas del futuro de quienes tienen las manos manchadas
de los sucesos de estas últimas semanas. “El Estado estará obligado a
investigar y sancionar legalmente los delitos contra los derechos humanos
cometidos por sus autoridades. Las
acciones para sancionar los delitos de lesa humanidad, violaciones graves
de los derechos humanos y los crímenes
de guerra son imprescriptibles. Las violaciones de derechos humanos y los
delitos de lesa humanidad serán investigados y juzgados por los tribunales
ordinarios. Dichos delitos quedan excluidos de los beneficios que puedan
conllevar su impunidad, incluidos el indulto y la amnistía.”
Para quien quizás no tenga claro lo que quiera decir
imprescriptible, quiere decir que siempre podrán perseguirse a los culpables,
en Venezuela o en cualquier parte del mundo civilizado.
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