Los sucesos en Ucrania que desembocaron en la ruptura de la
unidad territorial de ese país, tienen que ver con el Derecho Internacional,
pero especialmente con la política y especialmente con la teoría política.
La unidad territorial, esa fuerza legitimadora que mantiene
un conjunto de habitantes sobre un territorio determinado siguiendo a un
gobierno con capacidad, son los elementos que sostienen la subjetividad
internacional. Sin embargo, que un grupo
de personas quieran vivir bajo una misma bandera en un territorio, poco tiene
que ver con el Derecho Internacional, es simplemente política Revisemos el
estado de las cosas.
Para Venezuela el tema es muy cercano en su evolución
histórica. Luego de que los venezolanos dirigidos por el General José Antonio Páez,
decidieran separarse de la Gran Colombia, recibieron un pedido de la provincia
del Casanare en Colombia. Estos llaneros del moderno Departamento del Arauca, solicitaron
formalmente al Gobierno Venezolano su anexión al territorio. Esta propuesta fue
rechazada por el Congreso de la época, alegando que esa sería una herida que
nunca superaría la relación bilateral entre Venezuela y Colombia. Casi un siglo después, los habitantes de la
Guayana Inglesa en la región del Rupununi solicitaron nuevamente al Estado
Venezolano su anexión, cosa que fue desoída por las circunstancias políticas de
la negociación por el territorio Esequibo.
En el resto del mundo sucede con frecuencia, dependiendo de
la fuerza del grupo que impulse el proceso: Panamá, Canadá, Bélgica, España, Reino Unido, Escocia,
Italia, Sudan, Iraq, Yugoslavia, Checoeslovaquia, viven o han vivido crisis de
esta índole. Sin embargo, de allí a
intervenir militarmente para apoyar una
cesión, solo se reserva a estados que están dispuestos a los extremos por la
expansión política o territorial.
El caso ruso de la era de Putin, recuerda al argumento usado
por la Alemania de Hitler cuando se produjo la anexión de la zona de los
Sudetes en Checoeslovaquia y fueron puestos bajo el mando militar del General
Keitel, para luego producir la formal anexión al territorio alemán.
Las crisis políticas deben ser resueltas por medios
políticos, la intervención militar a favor de una parcialidad, no contribuye a
una paz sustentable y al final representa el germen de un nuevo conflicto. Eso estamos viendo en Ucrania.
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