El uso de la fisiología en la ciencia política tiene como
paradigma la utilización del comportamiento humano para comprender la conducta
del cuerpo social. Es decir, un
individuo y la suma de ellos pueden comportarse de manera mas o menos similar.
Esta metodología de trabajo se extendió también al clima y
los procesos políticos. Por ejemplo, la
primavera árabe, fue bautizada porque representaba el final del largo invierno
de las dictaduras de la región. Razón
por la cual y siguiendo la metodología propuesta estaríamos entrando en el
verano árabe, que a diferencia de los eternos veranos tropicales a los que
estamos acostumbrados quienes vivimos cerca de la línea ecuatorial, suelen ser bastante extremos.
El mundo árabe esta en franca ebullición y una forma de
interpretarlo ha sido la controversial decisión de la Administración Obama de
cerrar 19 embajadas y consulados a lo largo del oriente medio, desde el domingo
pasado hasta el día 10 de Agosto. Egipto
sigue con las consecuencias de la destitución del Presidente Morsi y la
participación de los militares en el proceso democrático. En Siria, la lucha se
deteriora por horas y las extrañas alianzas que se están dando al interior del
conflicto, se convierten en un desafío para cualquier mapa geopolítico. Por otro lado, las tensiones en Marruecos y
otros países en la región muestran un mapa muy inestable al final del Ramadán.
Pensar en esta situación como una correlación de hechos
aislados, sería inexacto; como también lo sería pensar que todo lo que sucede
es el fruto de una organización centralizada y con capacidad de acción
regional. La verdad puede estar en un inestable punto medio. Las organizaciones como Al Qaeda y los
hermanos musulmanes tiene vocación regional, en los discursos de ambas la
aspiración de la unificación musulmana en toda región, es un elemento
permanente. Sin embargo, en la práctica
es mas bien una estructura cuasi-federada, donde cada unidad tiene unos
elementos comunes y cohesionadores, pero dentro de una libertad de acción.
La primavera árabe abrió una caja de pandora. Muchos de los procesos sociales que se habían
estado desarrollado pero que no afloraban por las gobiernos que los reprimían
fluyen ahora sin control, desafiando el status quo previo. Las tensiones siguen
y se incrementaran con los tiempos, hasta que el cauce normal de los procesos
sociales imponga su desarrollo, dejando los temas religiosos en el lugar que
les corresponde.
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