Nicaragua se ha convertido en el área latinoamericana y del
caribe en uno de los países con mayor número de litigios en la Corte
Internacional de Justicia, por diversos razones, pero especialmente por
cuestiones territoriales. Nicaragua ha
tenido juicios con todos sus países limítrofes, además con países sin
contigüidad geográfica, pero con otros con limites marítimos, como Colombia.
Esta multiciplidad de casos contenciosos en la Corte
Internacional de Justicia, representa una excepción en el continente americano,
donde los expedientes jurisdiccionales
han dado paso a soluciones negociadas o en todo caso a arreglos mas o menos
institucionalizas. En el caso
particular, la sentencia definitiva de un caso, ha dado paso a nuevo
contencioso ante la Corte Internacional de Justicia, como fue el caso
relacionado con el Río San Juan y que dio paso inmediato a un nuevo caso por la
construcción de una carretera paralela al río en la rivera costarricense.
Sin embargo, aunque la Corte Internacional de Justicia ha
pronunciado una solución jurídica en los dos últimos casos de Nicaragua, las situaciones fronterizas no han mejorado,
sino por el contrario han empeorado.
En el caso colombiano, la solución jurídica creo una
peculiar situación en el archipiélago de San Andrés, creando un enclave de este
país en las zonas bajo control nicaragüense.
En el caso costarricense, una victoria jurídica no ha traído la ansiada
paz en las fronteras.
Nicaragua anunció la compra de patrulleras rusas para controlar sus nuevas áreas marinas y
además del inició de la exploración petrolera en esas mismas aguas. En el caso
costarricense, un anuncio de Daniel Ortega sobre la reclamación de áreas
tradicionalmente bajo control en su vecino país, ha traído grandes tensiones en
la relación bilateral, motivando el retiro del Embajador de San José en
Managua.
Estas tensiones dejan clara una situación: los temas
limítrofes, es decir la delimitación en el terreno de las líneas jurídicas
decididas en un tribunal, no tienen nada que ver con la gestión de esos limites
fronterizos. El manejo de la gestión fronteriza requiere de una aproximación
cooperativa, porque en un línea donde dos países se unen se requiere de una
visión común.
Las fronteras como excusa para construir un expediente
conflictivo son siempre una excusa rápida y sencilla, pero a la larga los
costos de este conflicto son un precio que pagan los habitantes de las zonas
fronterizas en primer lugar y los dos países en su conjunto. Nadie gana en un
conflicto entre países vecinos.
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