ALBA




El 30 de julio pasado culminó en Guayaquil, la XII Cumbre de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Asistieron los presidentes de Bolivia, Evo Morales;Venezuela, Nicolás Maduro;  Nicaragua, Daniel Ortega y el anfitrión, Rafael Correa. No asistió el Presidente Cubano Raúl Castro que fue representado por su vicepresidente José Machado. También asistieron los primeros ministros de Dominica, Rooselvet Skerrit,  San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves y el primer ministro de Estado de Antigua y Barbuda, Chanlah Codrington.
Esta cumbre parece estar marcada por dos elementos, la ausencia física del Presidente venezolano Hugo Chávez y el tono marcadamente económico de la reunión.
El fallecido Presidente Chávez fue uno de los impulsores del ALBA desde el comienzo. Incluso, la propia denominación ALBA fue impulsada por Chávez en oposición a las negociaciones que se adelantaban con los Estados Unidos por el ALCA a finales de los años 90 y principios del año 2000. En este caso, el Presidente Correa intentó llevar adelanta la voz de denuncia y combate que caracterizaba al comandante venezolano, pero parece que el tono no fue suficiente.  Ninguno de los mandatarios asistentes, Maduro, Morales u Ortega quisieron competir en la retorica del Presidente anfitrión.
Y quizás sea la marcada visión económica del Presidente Correa, la que le dio a la Cumbre del ALBA un toque tan economicista. Las opiniones sobre la independencia económica por el uso de la moneda del SUCRE, por parte de Correa en un país que usa el dólar como moneda de cambio o los anuncios de integrarse con MERCOSUR y la CAN para crear un zona económica sorprenden.
El ALBA fue creado en oposición a la agenda económica establecida al final de los años ochenta y como tal su discurso fue siempre de confrontación. EL ALBA ha desarrollado política eminentemente asistencialistas, donde el intercambio mas que el comercio dominaba las agendas de trabajo. Por ejemplo, petróleo venezolano por frijoles nicaragüenses, petróleo venezolano por médicos cubanos, por solo nombrar algunos de los procesos ejecutados en el marco del acuerdo. Además de una amplia agenda culturas indígena y deportiva, fueron los denominadores naturales del ALBA. Por eso sorprende ahora el inició de un nuevo proceso de integración, donde se buscan alianzas con los grupos que antes parecían adversar.
Esta XII Cumbre puede representar una crisis de identidad del grupo en ausencia de la figura del presidente venezolano o por el contrario un cambio de rumbo definitivo que pudiera ayudar a la región a retomar la agenda de integración perdida en la última década. No lo podemos asegurar ahora, pero esta Cumbre del ALBA fue distinta.

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