Estado Palestino



Hace pocas semanas, la Asamblea General de la ONU reconoció la existencia del Estado Palestino, como un estado no miembro de la Organización. De esta forma se completó el proyecto original del año 1946, cuando la misma Asamblea General aprobó crear 2 estados, Israel y Palestina en esos territorios.
Al principio, los judíos aceptaron gustosos el proyecto de ONU, ya que con el nuevo estado podrían dar refugio a las decenas de miles de supervivientes de la persecución nazi en toda Europa. Por el otro lado, los palestinos y árabes en general, rechazaron la existencia de un estado judío en territorio que reclamaban como del único dominio de los palestinos, en un estado único.
Este desencuentro inicial sobre el asentamiento de dos pueblos en un mismo territorio, ha costado guerras, muertes y persecuciones a generaciones de hombres y mujeres que habitan esa tierra santa para las religiones monoteístas. Por generaciones, árabes y palestinos se opusieron a negociar cualquier concesión al estado de Israel, ya que ese territorio debía pertenecer por completo al pueblo palestino.
Ahora, casi 6 décadas después, quienes apoyaban el establecimiento de dos estados en esta zona adversan la idea.  El veto de los Estados Unidos de América en el Consejo de Seguridad ha sido el obstáculo para que el nuevo estado pueda sentarse en una silla con todos los derechos de un miembro más de la Organización Universal. Igualmente, el propio Estado de Israel se ha opuesto a implementar lo que fue la idea misma del nacimiento de su propia entidad como miembro de la ONU. Incluso, el propio gobierno de Israel ha comenzado una serie de represalias, como la retención de los impuestos que este recolecta a nombre de Palestina, de casi cien millones de euros y que fueron regulados en los Acuerdos de Paris, para permitir el funcionamiento normal de este nuevo estado. Además, el Gobierno de Israel anunció la construcción de más asentamientos, en zonas ocupadas del territorio Palestino, cercanas a Jerusalem.
Todas estas acciones han sido condenadas por muchos países, en especial de la Unión Europea, que han notificado el retiro de sus embajadores como señal de protesta, ante una política que es anti-histórica del propio Estado de Israel, pero también violatoria de los principios básicos de convivencia pacífica de la comunidad internacional.
La paz en esa zona del mundo requiere una solución integral y estructural, donde la propuesta que representa el orden y respeto al Derecho Internacional, con el establecimiento de relaciones diplomáticas y políticas regulares, puede traer la estabilidad necesaria para la construcción de una paz sostenible en el tiempo. Esa es la única apuesta que los pueblos palestinos y judíos deberían adelantar, para evitar que el frágil esquema de convivencia que pervive hoy, sea presa de los vientos de guerra que soplan en esa región.

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