Negociaciones de paz en Colombia



Esta semana se hizo público lo que era un secreto a voces: El Presidente Santos iniciaba las conversaciones de Paz en Colombia, sin un cese al fuego previo o un gesto claro por parte de la guerrilla de las FARC. La Agenda del Presidente Colombiano es muy ambiciosa y quizás tiene más que ver con su propia agenda personal, que con una ruta que el país haya trazado.
Juan Manuel Santos es uno de los políticos más curtidos del continente, ex Ministro de Finanzas, Defensa, Parlamentario, con estudios en Harvard, London School of Economics y en Tufts University que le han permitido desarrollar una agenda que tiene por objeto conseguir la victoria, que en sus palabras, no es más que la paz para su país.
En esta ocasión, el anunció de las conversaciones de paz vino precedida de un marco legal donde destacan la Ley de Justicia y Paz, la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, la Ley para Desmovilizados, la Reforma Constitucional y la reforma de la Ley de Orden Público, que fue la que le permitió al Presidente Pastrana aprobar las conversaciones en el Caguan y que terminaron en un gran fracaso en su momento.
Las conversaciones preliminares podrían empezar en cualquier momento en Oslo, Noruega, con dos delegados por el Gobierno y dos por las FARC. Poco se ha  informado de los diálogos, se ha dejado claro por parte de los diversos voceros, que no existirán zonas de despejes y que no habrá indultos generalizados. Se menciona una hoja de ruta de 6 puntos, donde lo fundamental se basa en el establecimiento de un marco jurídico que permita la incorporación en la vida civil de los miembros de las FARC como paso previo para la reconciliación y finalmente la paz.
Personalmente, sin embargo, siempre que se hablan de conversaciones de paz, viene a mi memoria las declaraciones de un antiguo comandante guerrillero colombiano, del Ejército Popular de Liberación (EPL), Bernardo Gutierrez que dijo encabezando uno de los procesos de paz exitosos en Colombia, que “la paz no se negociaba, se decidía. Lo que se podía negociar era el desarme”. Con esta frase el fallecido comandante guerrillero dejaba en claro que la voluntad de paz se tiene o no se tiene, es imposible negociarla.
Esa es la pregunta que las FARC debe responder a la sociedad colombiana pero también a la comunidad internacional. ¿Existe una voluntad real de paz del movimiento guerrillero?, ¿Puede afirmar las FARC su respeto al Derecho Internacional Humanitario?, ¿Puede anunciar la paz la liberación de todos los secuestrados?, ¿Pueden anunciar el fin del uso de minas anti personales? Son algunas de las preguntas que un observador externo se formula.
Sin embargo, esperamos que este nuevo intento de la sociedad colombiana por conseguir la paz, sea más fructífero que otras ocasiones. Si el Presidente Santos logra avances en esta materia, consagrará su carrera política. ¡Suerte Colombia!

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