Los temas
relacionados con asilos y extradiciones se encuentran permanentemente al borde de
la política internacional y el derecho. En cada ocasión que un personaje escapa
de una jurisdicción local para solicitar protección de una embajada, aparecen
los mismos discursos y los argumentos parecen reciclarse. En Venezuela, un reciente pero casi olvidado caso
de asilo y salvoconducto fue Pedro Carmona y su entrada a la Embajada de
Colombia en Caracas. Se decía por un lado y por otro que el Gobierno
Bolivariano no otorgaría el salvoconducto que permitiría al breve presidente
viajar a Colombia. Pero la verdad era que el primer interesado en dejarlo salir
era el gobierno de Caracas y así sucedió.
Este
esquema se repite con alguna frecuencia. El caso de Julian Assange es un
clásico en el tema. El fundador de la famosa pagina wikileads, que se convirtió
en el foco de toda la información fugada de fuentes confidenciales de varios
gobiernos, pero especialmente de los Estados Unidos, fue acusado de delitos
sexuales cometidos en Suecia en el año 2010. Como resultado se ordenó su
captura y escapó a Londres. En esa ciudad y en el marco de los tratados
comunitarios europeos, Suecia solicitó su extradición para ser juzgado. Assange
decidió ingresar a la Embajada de Ecuador en Londres y pedir asilo “político”,
contando con un eventual apoyo del Gobierno de Correa.
El Gobierno
de Ecuador tomó 2 meses para responder a la solicitud del australiano, luego
que el Gobierno Británico invitara al gobierno latinoamericano a que se
pronunciara, ya que la figura jurídica de mantener a Assange como “invitado” en
la Embajada de manera indefinida desafiaba las leyes internacionales y locales
londinenses. Esta solicitud británica fue tomada por el Gobierno de Correa como
la oportunidad para otorgar el “asilo diplomático” ya que Assange "no tendría un juicio justo" y
podría ser juzgado por tribunales especiales o militares. "No es
inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante", señaló el
Canciller de Ecuador. Igualmente se anunció que se buscará un tercer país que
pueda recibirlo. Personalmente no creo
que Assange disfrute de las bellezas coloniales de Quito o Guayaquil, tanto
como Londres o Nueva York.
A la fecha
se comienza a especular sobre el otorgamiento o no del salvoconducto que
permita salir del territorio británico al luchador por los derechos humanos y la
libertad de expresión, como lo calificó el canciller ecuatoriano. Pero no tengo dudas que el Gobierno Británico
otorgará el documento y el capitulo, respecto a ese país terminará. Como dije
al principio, el primer interesado en finalizar el incidente es el Gobierno
Británico. El próximo capítulo será el tercer país que reciba a Assange y le
otorgue el asilo territorial que le permita residenciarse en esa nueva
jurisdicción. Mientras tanto el derecho y la política internacionales seguirán
mezclándose en la mente de todos, aunque en la práctica se cumpla de forma
apropiada.
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