El viejo
dicho “good news, no news” parece extenderse de forma muy clara en las elecciones
en Libia el fin de semana pasado. Por primera vez en cien años, en Libia se
celebraron elecciones limpias, con diversos partidos políticos y con distintas
propuestas.
Las
elecciones llevadas adelante por el Consejo Nacional de Transición con la
asesoría técnica de la ONU representan un gran éxito. Las elecciones contaron
con la observación internacional de la Unión Europea, la Organización de la
Unidad Africana y el Centro Carter, sin descartar tensiones o problemas
aislados en algunas zonas del país, todos los observadores coincidieron en un
proceso limpio y aceptable por la comunidad internacional.
Las elecciones
tenían por objetivo la elección de una Asamblea integrada por 200
parlamentarios, divididos entre dos grandes regiones políticas. El plan para
esta asamblea no se limita solamente a la designación de un jefe de estado,
sino también buscaba sentar las bases de una nueva forma de gobierno que
responda a las realidades federales que conforman el país y que estaba
directamente relacionadas con la forma en que Gadafi gobernó.
En
entrevistas realizadas la semana pasada al enviado especial de ONU, Ian Martin,
se comentaba la posibilidad de conflictos e incluso hasta un baño de sangre que
continuaría el conflicto interno. Pero el fin de semana pasado todo salió de
acuerdo a lo planeado. Aproximadamente un 62% de los votantes inscritos para
votar lo hicieron. Los resultados señalan a la “Alianza de Fuerzas Nacionales”
una coalición de partidos donde se integran los conocidos hermanos musulmanes,
como los ganadores de esas elecciones. Este grupo de partidos está liderizado
por el exprimer ministro Mahmud Yibril que encabezó las luchas en contra de
Gadafi. El resultado de las elecciones no prevé el control de toda la asamblea,
ya que el modelo establecido para las elecciones otorgará un porcentaje de los
curules a través de un complejo sistema de listas regionales. Pero lo que si
podemos afirmar es que el Gobierno comenzó a moverse.
La
autorización por parte del Consejo de Seguridad de la ONU del uso de la
Responsabilidad para Proteger en Libia el año pasado, con la ejecución de una
zona de prohibición de vuelo, que fue ampliamente criticada, especialmente por
parte del Gobierno Bolivariano en el seno de la ONU. Pero pocas voces se
levantan ahora cuando se sientan las bases para un gobierno democrático y
representativo por primera vez en la historia de Libia.
Si comparamos
esta situación con el grave conflicto que vive el pueblo sirio, no podemos
menos que lamentar la inacción de la comunidad internacional. Como muchas veces
se expresó la Responsabilidad para Proteger en manos de la ONU era una forma de
romper la inacción que caracterizó a la comunidad internacional en el pasado y
Libia fue una buena muestra. Siria, por toro lado, representa lo que se quería
evitar.
Comentarios