Asamblea General de la OEA


Desde que en los años sesenta, Ernesto Che Guevara, se refirió a la OEA como el departamento de las colonias del Gobierno de los Estados Unidos, el foro diplomático permanente más antiguo del mundo se convirtió en el blanco de los ataques de la izquierda.
El dialogo horizontal y sin veto que se produce en la OEA es único en la diplomacia mundial. Las diferentes Américas se reúnen, los del norte, del centro, del sur y el Caribe pueden dialogar de manera horizontal, aunque la experiencia demuestra que podría ser más constructiva e incluso más eficiente.
El martes de esta semana terminó en Bolivia la 42ª Asamblea General, la segunda cita importante de la OEA en menos de 2 meses, tomando en cuenta que en Abril se reunieron los Presidentes en la Cumbre del Organismo. En este nuevo encuentro, que ratifica la continuidad del organismo en el tiempo, los países integrantes del ALBA habían anunciado el fin de la organización, en palabras del Presidente de Correa del Ecuador, invitado por el Presidente Morales rompiendo el protocolo usual,  la OEA debe “revolucionarse o desaparecer”. El principal objetivo táctico de esta cruzada “disidente” era desarticular la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y paralizar la gestión general del organismo. Pero visto los resultados, la estrategia no funcionó.
La Asamblea eligió los tres nuevos Jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, un brasileño, un mexicano y un colombiano; se designaron los miembros del Comité Jurídico y del Tribunal Administrativo.  En relación con la CIDH, se aprobó el informe presentado ante el Comité Permanente en Enero, que sin duda introduce cambios en la forma de trabajo de la misma, al fortalecer las soluciones amistosas y relativizar la vía judicial de la Corte Interamericana, pero también fortalece las cuestiones económicas y financieras para garantizar su funcionamiento y así su independencia.
Por el otro lado, los países del ALBA celebraron la firma de la Carta Social de la OEA,  enviando un mensaje contradictorio. Por un lado ratifican la idoneidad del foro interamericano y por el otro, revive el debate entre los derechos civiles y políticos frente a los económicos y sociales, ampliamente superado en el área de la protección de los derechos de las personas.
Podemos decir que hubo muchos ganadores en esta Asamblea General, la OEA, Argentina con su condena al Reino Unido por las Malvinas, el Secretario Inzulsa. Los perdedores, los países del ALBA por el otro lado, se vieron solos y debieron utilizar recursos unilaterales para lograr un impacto, como fue el caso del anuncio de la denuncia del  Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR).
El resto de los países de las Américas, les toca el desafío de imponer una agenda de cambios, más discreta pero que asegure el desarrollo de un mecanismo de protección que le llegue a la gente, que solucione sus problemas individuales pero que al mismo tiempo no choque con los gobiernos, al menos directamente.

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