La relación con Iran


La visita de Mahmoud Ahmadinejad a la región, pero especialmente a Caracas, nos permite comprobar la dimensión y profundidad de las relaciones entre los dos países, pero especialmente en dos aspectos claves para el futuro: la vinculación con la política internacional del país persa y la dimensión de la violación del derecho internacional por parte de Venezuela como consecuencia de la asociación con Irán.

Desde que la revolución iraní se inició en 1979, ha tenido como ejes la promoción del islamismo y el discurso en contra de los Estados Unidos en particular y en occidente en general. Esta política ha sido tan profunda, que los países árabes o musulmanes no respaldan a Irán en su promoción. ·30 años después, en Cuba en ocasión de la visita a esa isla el día martes pasado, Ahmadinejad ratificó esos mismos lineamientos. En este contexto de aislamiento general, la Venezuela bolivariana se ha convertido en una plataforma para proyectar la política iraní fuera de su área de influencia natural, sin que Venezuela consiga una proyección de su propia política. Si las relaciones entre países no son equilibradas, un país se convierte en instrumento del otro, ese parece ser el caso de Venezuela en la relación con Irán.

Por otro lado, la ONU a través del Consejo de Seguridad aprobó un conjunto de resoluciones: 1737 (2006), 1747 (2007), 1803 (2008), 1835 (2008) y 1929 (2010) que establecen una prohibición de ayuda o colaboración de la comunidad internacional a los esfuerzos de continuar con el programa nuclear iraní, fuera de la supervisión de la Agencia de Energía Atómica Internacional. Las sanciones abarcan el área industrial, financiera y militar, e incluso autoriza a la comunidad internacional a inspeccionar las embarcaciones y aviones iraníes, de los que tengan suficientes sospechas de que puedan transportar materiales relacionados con la industria nuclear, refuerza el control de las actividades financieras y bancarias del país y aprueba el congelamiento de activos de entidades sospechosas y establece una lista negra de empresas iraníes a las que se les prohíbe inversiones en el exterior.

Cualquier país que no cumpla con estas resoluciones esta bajo observación del Comité de Seguimiento de las sanciones del Comité y puede ser objeto de sanciones por no cumplir con las obligaciones aprobadas por toda la comunidad internacional, incluido países como China, Rusia, Brasil por mencionar algunos socios de la diplomacia chavista.

El anuncio del Presidente Chávez de la existencia de 33 proyectos industriales en marcha con Irán confirma la dimensión de la violación venezolana de las resoluciones de la ONU. Los beneficios industriales que podrían provenir de esta cooperación no se compadecen con los riesgos y los costos que significan violar el derecho internacional y ponerse de espaldas a la comunidad internacional. Esta política traerá consecuencias, más temprano que tarde.

Comentarios

Ronald Castro Fernández ha dicho que…
Tal vez el libertador diría que esa es una relación de "Lesa Anfictionía"...