Iran y Siria


El medio oriente parece calentarse de forma peligrosamente sostenida y por varios frentes. Al menos podemos indicar dos ejes que se mueven de forma preocupante: la situación en Siria y el reforzamiento de las sanciones a Irán, todo esto bajo el telón de fondo de la agenda Palestina en ONU, la gobernabilidad en Irak y la piratería en el Océano Índico a la entrada del estrecho de Ormuz.

Las sanciones a Irán, para que autorice la inspección de su programa nuclear a los representantes de la Agencia Atómica Internacional de la ONU, comienzan a endurecerse. Las sanciones económicas como en el caso iraní pretendían convencer, más que imponer. Ya con varios años de bloqueo de exportaciones los efectos en la economía del país persa comienza a mostrar sus secuelas, especialmente con sus socios tradicionales como Dubái y los países vecinos. Por eso el bloqueo europeo al petróleo iraní aprobado este lunes tiene un valor, no solamente simbólico, sino también económico para Irán y para el mundo por el impacto en la subida del precio del crudo.

Las sanciones leves en el caso iraní, se explican por la decisión de los miembros del Consejo de Seguridad que no han querido establecer, todavía, un comité de seguimiento que obligue a todos los países a cumplir con el bloqueo. Si esto sucede, los estados que no acaten las sanciones aprobadas por el máximo órgano internacional, sufrirían sus consecuencias. La pregunta sobre la mesa es, hasta donde podrán China y Rusia detener el endurecimiento de estas sanciones. Una respuesta, mientras no se ponga en peligro la paz y la seguridad internacionales. En el caso iraní está bastante claro.

El caso sirio se complica por horas. La Liga Árabe, la organización regional que agrupa a los países en la región ha tomado un liderazgo importante con el apoyo velado del Consejo de Seguridad de ONU, para conseguir una solución. Lo que parecía ser el capitulo siguiente de la llamada primavera árabe, se convirtió en un ejercicio de política por parte del Gobierno de Bashar al-Assad, pero en especial de su Partido Baaz que intentan mantener el poder, aunque sea necesario cambiar al Presidente. Sin embargo, el retiro de los enviados de la Liga Árabe han radicalizado las posiciones y la posibilidad de una intervención foránea aparecen con insistencia en la Agenda, bajo la doctrina de la Responsabilidad para Proteger (R2P) usada en Libia. En todo caso, la intervención sería totalmente distinta en su ejecución y supervisión para borrar el mal recuerdo de los errores de la operación en Libia.

El cuadro se vuelve complejo para el medio oriente, pero con una potencialidad de conflicto para cualquiera que intervenga. Desde los Estados Unidos en sus operaciones de patrullaje en el estrecho de Ormuz, la actuación de los servicios secretos en atentados en territorio iraní o ayudando a los alzados en Siria pueden desestabilizar aún más la situación. Para América Latina, los riesgos también son importantes, si pretenden intervenir en una región geopolíticamente tan inestable, con visiones mesiánicas incompatibles con la geopolítica mundial.

Comentarios

Ronald Castro Fernández ha dicho que…
Sigo pensando (mi ocurrencia recurrente) que existe la posibilidad que Amadhineyad y sus aliados latinoamericanos, de todos conocidos, intenten generar artificialmente un enfrentamiento bélico entre Irán y Estados Unidos en suelo... costarricense... (pienso que el asunto de "Isla Calero" es sólo el peón para ejercer presión hasta hacer reaccionar a Costa Rica, como históricamente lo ha hecho, militarmente aparada en el TIAR).
Podría resultar estratégico para Irán extrapolar sus problemas internos y movilizar los recursos fuera de su región con el propósito de oxigenar, aunque sea parcial y temporalmente su régimen...