El Papa en el Caribe

El Vaticano anunció esta semana la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba y México, para una fecha no precisada del año 2012. Los Gobiernos de ambos países, la jerarquía católica nacional y la feligresía han celebrado el acercamiento del máximo jefe de la iglesia. La unanimidad en la alegría por la visita parece ir en contravía del éxito de otras visitas e incluso del papado en general.

La elección del Cardenal Ratzinger para llevar adelante las riendas del Vaticano fue una respuesta de la iglesia. El papado de Juan Pablo II, fue un largo proceso de 26 años que llevó a la iglesia a limites nunca vistos antes de actuación pública e internacional; viajes, encíclicas, actuación política, por sólo nombrar algunos. Sin embargo, puertas adentro del Vaticano, se esperaba una administración que ayudara a fortalecer la institución desde adentro. Por ello la figura del Cardenal Ratzinger destacaba desde el principio, en especial por su larga carrera académica y la eficiente administración como Prefecto de la Sagrada Congregación de la Fe. Las historias al interior de la iglesia de su férrea disciplina, su organización y pulcritud en las cuentas, le llevaron a un apoyo nutrido del Colegio de Cardenales en el año 2005.

Sin embargo, la explosión de las denuncias en contra de personalidades de la Iglesia por diversos delitos, en particular relacionados con la pedofilia de algunos sacerdotes le explotó en la cara al nuevo Pontífice. El peso de Juan Pablo II había postergado por mucho tiempo estos ataques directos. La inexperiencia en el manejo público, aunado a cambios en el entorno de gobierno del vaticano, en particular en el área comunicacional fueron elementos que llevaron las denuncias aisladas a un gran frente comunicacional que ha hecho retroceder algunos sectores católicos. El punto culminante de esos rechazos, se dio en la visita papal a su país natal Alemania, donde en un ambiente de gran turbación un grupo de Obispos se negó a estrechar las manos del Papa, en abierto desacato a una institución claramente vertical. Sin embargo, Benedicto XVI puso la otra mejilla y dejó el incidente a un lado.

En este contexto, se anuncia una visita donde todos podrían ganar. En México, la grave situación de orden público y el creciente número de muertos, aconsejan el apoyo espiritual. El caso de Cuba es diferente. La transición cubana encabezada por Raúl Castro necesita el apoyo del papado, pero también la disidencia democrática requiere el aliento de una institución que pueda proteger y elevar su voz. Si todos cumplen su papel, todos ganarían.

La visita del Papa a tierras latinoamericanas siempre ha traído aires de renovación e inspiración política para el cambio. El proceso cubano requiere la ayuda de todos, pero especialmente de los sectores que pueden ayudar a una transición democrática, para evitar retrocesos innecesarios.

Comentarios

Ronald Castro Fernández ha dicho que…
Este artículo tuyo me permite visualizar dos realidades históricas; simultáneamente similares y disímiles.

La presencia del Sumo Pontífice en tierras mexicas, país que vivió hace aproximadamente cien años una violenta guerra civil de carácter mayoritariamente religioso (la llamada "Guerra Cristera"), reflejo objetivo de la pugna entre los poderes seglar y clerical.

El 2012 recibirá al Papa Ratzinger en un México que vive una guerra no declarada entre el Estado y los paramilitares cobijados por los cárteles del narcotráfico.

Sin embargo, y a pesar que el pueblo mexicano ostenta una sensible mayoría católica, el asesinato sistemático de mujeres en Ciudad Juárez ha originado que las mujeres se organicen en ONG´s, pocisionadas actualmente en la opinión pública como parte de su lucha contra la inacción oficial y el combate a la impunidad puede hacerle difícil la visita pastoral a Benedicto XVI en cuanto a la posición marginal que ocupa y visualiza la Iglesia Católica a las mujeres.

Desde mi punto de vista, la visita papal le significará al Presidente Calderón una presión extra en los meses previos a las elecciones de julio del 2012 que podría llevarlo a decidir implementar una acción de gran evergadura para "pacificar" el país previa a la llegada de Su Santidad, además de las claras miras electorales (para la continuidad de su partido en el Palacio de los Pinos) ó en su defecto, la posible escalada del conflicto, por "operaciones enemigas", con el propósito de desestabilizar el país y a los gobiernos saliente y entrante.

Benedicto XVI, si decide llevar a cabo su viaje a México, debería hacerlo después del 1 de diciembre del año próximo para aprovechar el ambiente navideño, al nuevo Presidente y maximizar su presencia para movilizar las masas adeptas a su Iglesia en una dirección constructiva para los Estados Unidos Mexicanos. Los medios y estrategia le quedan de tarea a los eruditos de la Santa Sede para incluir a los prójimos y prójimas de ese México diverso y tan asimétrico internamente.

De Perogrullo es que en Cuba se presentará un diálogo entre coetáneos, se entenderán. Cuba necesita cohesión social para las transformaciones que se avecinan conforme pasan los meses y el tiempo, el elemento más democrático que existe, haga su trabajo exterminador sobre Fidel, que por una cuestión de respeto filial (también ese concepto de honor que manejan los Comandantes), Raúl se ha reprimido para abrir las puestas de la ciudadela al mercado y en consecuencia al cambio político. La presencia en la Antilla grande de Ratzinger puede proveer ese elemento de "unión nacional" para apuntalar la columna-país para enfrentar el devenir vital del(los) líder(es) verde olivas que han trashumado al casimir y el "dry fit"... mientras el pueblo "jinetea" la sempiterna crisis revolucionaria.

Para verdades el tiempo.

Saludos,
Juan Carlos Sainz Borgo ha dicho que…
Estimado amigo, interesante tu analisis en el caso de los cristeros y los mexicanos. Es una realidad historica que no la había tomado en cuenta. Tienes razon en las vueltas de la historia.
El caso cubano, como bien dices, solo el tiempo lo dira.
Saludos y Feliz Navidad.