Elecciones en Guatemala


La victoria del General retirado Otto Perez Molina en las elecciones en Guatemala, no es ninguna sorpresa desde el punto de vista electoral, pero llena de dudas el futuro político del país centroamericano y de la región como un todo.

Si el 36% de la primera vuelta del General Perez Molina, logra convertirse en un 51% en la segunda vuelta el 6 de noviembre, será el primer militar que vuelva a la presidencia de ese país desde el reinicio de la democracia en 1986 con Vinicio Cerezo. Ese año marcó el fin de más de 30 años de gobiernos militares, que se iniciaron con el golpe de estado contra el Presidente Jacobo Arbenz en 1954.

Las dos décadas de gobiernos civiles parecen impotentes frente a los problemas de la gobernabilidad democrática, en especial la inseguridad personal frente a los delitos comunes, las mafias organizadas en pandillas conocidas como “maras” y el narcotráfico; quizás Facundo Cabral sea la más famosa de las victimas recientes.

Pero la idea del General director de inteligencia y reconocido soldado en la guerra civil tomando el poder, no es el principal problema de la democracia guatemalteca. Quizás sus mayores problemas tienen que ver con las ausencias y los segundos lugares.

En primer lugar, toda la escena del divorcio de la primera dama del Presidente Colon, Sandra Torres para poder presentarse a las elecciones y unirse a las sagas de primeras damas que continúan la presidencia de sus esposos, fue una sombra durante toda la campaña. El Tribunal Supremo finalmente anuló la postulación.

Luego, el segundo intento de la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchu, que logra un mínimo apoyo del electorado. En una entrevista a un periódico español, que preguntaba por la falta de apoyo, terminó acusando al periodista de ser un asalariado del General Perez Molina.

Y por último, pero no menos importante, el candidato populista que arribó en segundo lugar en las elecciones con 10 puntos menos que el General, el millonario Manuel Baldizo, prometió que la selección de futbol de su país estaría en la próxima copa mundial y que incluso le otorgaría a todos los trabajadores, un mes adicional de sueldo.

Las condiciones de la democracia guatemalteca se repiten en todo nuestro continente; mientras las condiciones económicas mejoran, los beneficios no pueden redistribuirse. Al mismo tiempo, el tráfico de drogas desde los centros de producción hacia los mercados del norte, convierten a centro América en el mejor puente. Mientras la capacidad institucional y el control democrático se debilitan frente a una oferta de mano dura contra el crimen.

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