Fin de verano en Europa


El verano europeo es una época de tradicional descanso para sus habitantes, desde reyes, jefes de estado y de gobierno, hombres de empresa hasta ciudadanos de a pie. Sin embargo este año las cosas han sido diferentes.

Los gobiernos de Noruega, España, Italia, Reino Unido, por sólo nombrar algunos, han suspendido sus vacaciones para atender sus respectivas crisis. Noruega y el Reino Unido han tenido graves problemas de orden público, con el ataque de ultra derecha en el primero y los desordenes de esta semana en Londres.

En el caso de España e Italia, la crisis económica, la dificultad de manejar las presiones domesticas y comunitarias, obligaron a los Jefes de Gobierno de estos dos estados a regresar a sus deberes antes de lo acostumbrado.

Y es que Europa está sometida a grandes presiones. Por un lado, los movimientos migratorios que llevan a migrantes y refugiados a buscar protección y un futuro más digno que en sus respectivos pueblos de África, Asia o América Latina, están pasando una factura importante a la gobernabilidad social en el continente europeo.

En lo económico todos los países europeos, con excepción de Alemania y Francia, están sufriendo las consecuencias de un modelo económico que congregó a los socios europeos alrededor de una moneda común. Sin embargo, los problemas nacionales de cada gobierno, no encuentran apoyo contundente del Banco Central Europeo que maneja el Euro y que tiene su sede en Frankfurt. Los partidos políticos que forman la coalición de gobierno en Alemania por ejemplo, han recomendado a los gobiernos de Italia y España vender parte de sus reservas de oro para poder enfrentar la crisis.

Las dos situaciones que aquejan a Europa: los problemas sociales y los económicos tienen un denominador común: la capacidad de esas sociedades para adaptarse a nuevas situaciones desde su modelo de organización social. El sistema económico europeo está basado en un papel del estado fuerte, que tiene por objetivo proteger al individuo, con un seguro social completo y una pensión de retiro que asegura su vejez.

En la actualidad este modelo tiene dos problemas: el número de migrantes y la supervisión de las economías con el modelo bursátil en mente. Los migrantes, constituyen una gran peso para las administraciones en los primeros tiempos a su llegada, pero al poco tiempo se constituyen en una base fundamental para esas economías. Sin embargo, el tiempo de adaptación puede ser traumático si no se ataca a tiempo.

Pero lo que sí es un gran crimen, es medir las economías europeas con el mismo termómetro de las economías dirigidas al mundo bursátil, donde cada persona ahorra con la compra de acciones y el estado tiene un rol diferente en su protección, como los Estados Unidos. Comparar las economías sólo por su rendimiento bursátil, es un error que está poniendo en peligro todo el continente europeo e incluso los propios EE.UU. Pero ya veremos si los líderes europeos están a la altura de su legado histórico y social.

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