Obama: entre radioactividad y chavismo


La Política Exterior de la Administración Obama, es una mezcla de la fuerza republicana dentro de unos objetivos de la Agenda Demócrata.

Según las informaciones que circulan en los edificios del Distrito de Columbia, mucho de este trabajo, se debe a un funcionamiento eficiente de la Oficina del Asesor de Seguridad Nacional, en manos del discreto General (USMC) James Jones, pero que puede coordinar el trabajo con la Secretaria de Estado Clinton y el Secretario de Defensa Gates. El mensaje es simple, la política exterior se maneja con una visión estratégica: mirar los grandes objetivos.

Esta semana, el Presidente Obama consiguió dos victorias en el desarrollo de su agenda internacional: Restituir el orden en el tema nuclear mundial y acelerar sus movimientos en América Latina.

Durante la semana pasada se reunieron en Washington 47 gobiernos con capacidad nuclear, que ratificaron varios aspectos claves para la paz internacional: el máximo peligro mundial provendría de un ataque nuclear por parte de terroristas, que la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) es el ente coordinador en la materia y que las grandes potencias tienen mejores instalaciones para manejar el plutonio. En esta reunión los gobiernos de Canadá, Chile y Ucrania pusieron bajo control de los Estados Unidos sus reservas de plutonio. Rusia pasa al control civil gran parte de sus reservas consideradas como material militar! Todos de acuerdo! Igualmente de acuerdo sobre los gobiernos que no cumplen a cabalidad sus obligaciones en la materia: Pakistán, Corea del Norte e Irán.

Mientras se reunían en la capital de EEUU, se desarrollaron incontables encuentros bilaterales. Uno de ellos fue entre el Gobierno anfitrión y Brasil para la firma del “Acuerdo de Cooperación en materia de Defensa.” Este acuerdo reconoce a Brasil como la potencia regional en el continente y se otorgan una serie de privilegios, además de obligaciones como darse apoyo logístico e intercambio de información en áreas estratégicas.

Desde el punto de vista militar podríamos discutir ampliamente los beneficios o no. Pero un solo punto es claro desde la perspectiva venezolana: el circulo profiláctico que se buscaba alrededor de Venezuela ya se completó. Por el norte las bases de la OTAN en las Antillas y las bases en el Caribe; por el oeste y el sur, Colombia y ahora el resto lo ocupa Brasil.

El aislamiento venezolano de sus socios tradicionales parece materializarse, lo que traerá por lógica la profundización de las alianzas con los nuevos socios y por ende el desarrollo de nuevas políticas. La pregunta que queda sobre la mesa: ¿a quién benefician esas nuevas políticas?, ¿se justifica el costo de los nuevos alineamientos? Muy pronto lo sabremos.

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