La reforma de salud de Obama; un éxito político


El Presidente de los Estados Unidos Barack Obama, después de un año, puede usar tranquilo su lema de campaña: “si se puede”. El día lunes, la Cámara de Representantes del Congreso aprobó su propuesta de reforma del sistema de salud, con la mínima diferencia. Se requerían 216 votos y obtuvo el apoyo de 219. Ningún republicano votó a favor de la reforma y 34 demócratas saltaron la talanquera. Pero igual, no hicieron falta. La ley de Reforma del Sistema de Salud sólo requiere de la promulgación por parte del Presidente para entrar en vigencia.

La reforma:

La propuesta de Obama tiene tres elementos: 1. Proveer a todos los ciudadanos de EE.UU. y los residentes legales de un seguro hospitalario; 2. Regular a las compañías de seguro y 3. Fortalecer la red de previsión social existente, con “la ayuda médica” (medicare) y el seguro social.

1. Para el año 2014, la nueva Ley prevé que un alto porcentaje de los 32 millones de personas sin seguro queden cubiertas. Sin embargo, una cifra cercana los 20 millones de personas, la mayoría inmigrantes ilegales, permanecerá sin cobertura de seguro.

2. Las compañías de seguro serán más vigiladas y se incorporan algunas de las siguientes clausulas obligatorias: a nadie se le puede negar un seguro por causas pre-existentes o por exceso en la edad; tampoco podrán incrementarse las primas de manera exagerada para estas personas. Las nuevas disposiciones permitirán a los padres mantener a sus hijos hasta los 26 años de edad.

3. El Presidente Obama se une con esta reforma al Presidente Franklin D. Roosevelt, al dotar de una protección obligatoria para todos los ciudadanos, con las reformas de la seguridad social que se instauraron en los años de la gran depresión en 1930. De esta forma, el mínimo de dinero que se obtiene por pensión de retiro, que garantiza el “social security”, se verá complementado por estos seguros obligatorios y la ayuda para la obtención de medicamentos.

La Ley prevé multas para los empleadores que no tengan a todos sus empleados asegurados y también para las personas que no lo hagan directamente. Sin embargo, la Ley establece unos niveles de ingreso en los cuales la Administración Federal ayudará, e incluso pagará, los seguros de las familias por debajo de los índices de pobreza.

Nada es gratis

El costo de la reforma sin duda será alto. El Gobierno gastará en los primeros diez años de vigencia de la nueva Ley, casi un billón de dólares para poder alcanzar las metas previstas. Esto impactará en el creciente déficit fiscal y en la cantidad de impuestos que cada uno de los contribuyentes en los EE.UU. deberá pagar. En ese país, cuando se cancelan los impuestos, estos vienen discriminados por áreas, de tal forma que un ciudadano sabe cuánto cancela por educación, carreteras, bomberos y salud. En este último sector se verá un incremento, calculado en 3 – 4% para los sectores más bajos de la sociedad, pero se irá incrementando a medida que se sube en la escala social.

Estos nuevos impuestos serán el combustible de la batalla electoral que se inicia ahora. En 8 meses hay elecciones parlamentarias para renovar una parte del Congreso de EE.UU. y este incremento en los pagos de impuestos tendrá un efecto. Además de la batalla política, los procuradores de tres estados demandaran por inconstitucionalidad la Ley, al igual que un grupo de senadores republicanos. La Suprema Corte tendrá entonces la palabra, pero en política eso es el largo plazo.

Para la Administración Obama este es su primer triunfo y hasta ahora el único tangible. Para obtener la aprobación de esta Ley se debió dejar a un lado todos los demás temas de la agenda, en especial política internacional y defensa. Sólo el tiempo dirá si la estrategia valió la pena o no. Pero la primera promesa de la campaña presidencial fue cumplida y eso en política vale.

Publicado en el diario E"l Nuevo Pais" el día jueves 25 de marzo de 2010.

Comentarios