La Guerrilla Colombiana hacia un nuevo enfoqu estrategico


Las últimas informaciones publicadas del conflicto colombiano, vislumbran una nueva etapa del mismo. La historia de la guerra civil colombiana se inicia, formalmente, a raíz del bogotazo en 1948. Sin embargo, este capítulo representó uno más, de los episodios de las guerras civiles entre liberales y conservadores. Este enfrentamiento nacional, con denominadores políticos locales, se convierte por virtud de la guerra fría, en un escenario regional estratégico. Las FARC pasan a representar un satélite del Partido Comunista de la URSS, que luego secundaría el ELN para convertirse en un engranaje directo con Cuba; luego el Ejército de Popular de Liberación EPL pasa a representar la esfera Maoista. Durante una década estos grupos luchan de manera más o menos aislada hasta que a mediados de los años ochenta, que intentan unirse sin éxito bajo la figura de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. La caída del muro de Berlín y el fin de los subsidios soviéticos a la lucha armada sepultan la visión estratégica de un conflicto a escala regional.
El narcotráfico sustituye los ingresos de origen político y comienzan a obtenerse importantes recursos que mantendrían el conflicto en plena vigencia. La Constituyente de 1991 y la pacificación del Movimiento M19 desinflan la idea de una victoria militar. El planteamiento político abandona la visión estratégica y se convierte el conflicto, otra vez, en una lucha nacional de carácter táctico, con un vector de lucha anti drogas. El conflicto se degrada de forma importante con la aparición de las fuerzas paramilitares y la agenda política desaparece.
El Presidente Pastrana, confiado en una superioridad militar, ofrece a las FARC en 1998 una vía política con el despeje; se reduce el conflicto a una guerra de posiciones, pero con oxigeno político. El Presidente Uribe retoma la iniciativa en el conflicto interno y parecía cerca del triunfo táctico que le daría la victoria militar y política. Pero otra vuelta del destino lo cambia todo. El resurgimiento de los movimientos de izquierda en el continente corren al auxilio de las FARC y nuevamente este grupo abandona su visión de posiciones y reconstruye un proyecto regional estratégico. Las conclusiones del Movimiento Continental Bolivariano celebrado en Caracas a comienzos del mes de diciembre de este año, ratifican los elementos regionales de este nuevo capítulo del conflicto colombiano. Pero esta vez los aliados no son lejanas potencias, sino los vecinos directos de Colombia. La situación es ahora distinta y el desenlace puede ser inesperado.

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