¿Desde cuando no sale de Venezuela?


¿Desde cuándo no sale de Venezuela? Pero no al norte o a Europa en búsqueda de esa tranquilidad en las calles; sino al sur, a nuestra vecina Colombia, Brasil o Perú?

Es un viaje oportuno e interesante que le propongo en una visita retrospectiva. ¿Dónde estaban esos países, esas sociedades hace 10 ó 15 años? Colombia estaba en el medio de la presidencia de Ernesto Samper, caracterizado por las tensiones con los Estados Unidos y el narcotráfico. El conflicto interno mantenía a la sociedad contra las cuerdas. El país en lo económico sobrevivía con la esperanza de mejorar las relaciones con el mercado de EEUU y la integración con Venezuela era la única tabla de salvación.

Perú aún vivía la luna de miel de Alberto Fujimori y la relativa prosperidad económica no auguraba la terrible crisis política que desataría el autogolpe y el poder de Vladimiro Montesinos. En Brasil, se iniciaba la tarea reformadora del Profesor de la UCV, Fernando Henrique Cardozo. Se controlaba la inflación y se daban las reformas que permitirían la era de Lula Da Silva.

Mientras tanto en Venezuela, se vivía un poco a la italiana. La gran crisis política que había desatado los golpes de estado, no había afectado al aparato productivo. La administración pública y PDVSA a la cabeza iban afianzando un modelo de gestión administrativa que aislaba lo político e impulsaba el cumplimiento de metas económicas. La producción de bienes y servicios, electricidad y hasta nuevos centros comerciales como el San Ignacio o el Sambil parecían presagiar un nuevo tipo de país.

Ver a nuestros vecinos desde esa Venezuela era una sensación muy particular, de distancia y cierto paternalismo, desde nuestro relativo confort.

Por eso lo invito a visitar Bogotá bajo el control de Uribe, el Brasil al final de la era Lula o la administración de Perú bajo el segundo mandato de Alan García. La prosperidad económica es un hecho bastante claro, la baja inflación y el acceso a los productos en el mercado. La calidad de vida y la inseguridad representan cambios sustanciales, especialmente en el caso de Bogotá. Pero sobre todas las cosas, hay una sensación de futuro, de progreso, de ganas de encarar los años por venir.

Salga y comparé, vea lo que sucede entre nuestros vecinos. Si no ha podido no importa, espere un par de semanas. Ya viene navidad y los muchos venezolanos que han hecho su hogar en el sur regresarán a Caracas por una hallaquita. Ellos le explicaran lo que sucede allá. Pero para usted o para mi, difícil va a estar explicarle lo que realmente sucede aquí, en nuestro país.

Publico el 29 de Noviembre de 2009 en el diario El Nuevo País de Caracas.

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