La necesidad de una misión de observación electoral integral para Venezuela



La expulsión del Diputado Luis Herrero, representante de España al Parlamento de la Unión Europea, pocas horas antes del referéndum pone sobre la mesa el delicado asunto de la observación electoral en Venezuela.

Existen 2 tipos de observación, aquella basada en tratados internacionales y ejecutada por la OEA o la ONU y la desarrollada por personalidades, diplomáticos y representantes de organizaciones a solicitud de los tribunales electorales y los partidos políticos que participan en la misma.

La primera observación es una garantía internacional basada en el derecho internacional aprobada por los estados nacionales. La segunda, más voluntarista, ha sido ampliamente criticada, incluso algunos la llaman turismo electoral por el tipo de actividades que se realiza y el poco rigor de la metodología y los resultados que arroja.

El reciente proceso no estuvo exento de situaciones difíciles, incluida la propia expulsión del diputado, pero el amplio respaldo de los observadores electorales no corresponde con esa realidad.

Las nuevas reglas de elección aprobadas, alejan a Venezuela de una democracia liberal burguesa tradicional y la acercan a un modelo más cercano a la democracia socialista e incluso a los regímenes árabes. Este cambio en los valores de la democracia venezolana requeriría de la comunidad internacional una mayor supervisión para salvaguardar los derechos individuales de quienes participan en la misma, bien sea a través de la Carta Democrática Interamericana o alguno de las clausulas democráticas que se encuentran en los tratados regionales.

La próxima elección en Venezuela, sea cual sea, requeriría obligatoriamente una misión de observación aprobada por la OEA o la propia ONU con el objeto de que garantice los resultados de forma diáfana.

Este proceso se realizaría a través de una supervisión y monitoreo de todo el proceso electoral, desde la revisión y supervisión del registro electoral, la campaña, la acción del Gobierno en la misma, el funcionamiento de las maquinas de votación, el conteo y la final proclamación de los resultados.

Si no se toman medidas que permitan una transparencia a toda prueba, terminaremos por acostumbrarnos a los toques de diana los días de votación, a la expulsión de observadores, a la utilización del presupuesto nacional para una parcialidad política y a la victoria eterna de los mismos.

Publicado en el diario "El Nuevo Pais". Caracas.

Comentarios