La política exterior en el 2009



El Presidente Chávez, sus asesores y yo nos equivocamos. Todos pensamos que la crisis mundial sería mucho menor de lo esperado y me temo que no fuimos los únicos.

Algunas de las explicaciones para el error provienen de subestimar la interrelación de las economías del mundo con el mercado bursátil de los Estados Unidos. Durante las primeras etapas, Europa y el sur de Asia miraban con cierta distancia la crisis, pensando que serían inmunes; pero su desarrollo está imponiendo la revisión de las estrategias económicas y políticas de todo el orbe. Asimismo, la falta de confianza en la dirigencia global ha hecho imparable este ciclo recesivo de la economía mundial. No importa cuántas veces los jefes de estados se reúnan, no hay forma de que la gente les crea.

Sin embargo, los países se reúnen, revisan y profundizan sus alianzas y grupos. Los que más destacan han sido la ampliación del grupo de países más desarrollados para incluir a Brasil e India, además del reflotamiento de las instituciones de Bretton Woods, que habían quedado a un lado, como es el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, en su papel rector de la economía.

La recesión mundial será el elemento más importante en el desarrollo de la política internacional en el mundo e impactará desde en la forma en que Obama dirigirá a la Señora Clinton, hasta en el desarrollo de la geopolítica de Chávez.

Para la Revolución Bolivariana, la ejecución de las obras que se financiarían con petrodólares va a disminuir y en muchos casos a desaparecer. El oleoducto del sur, la Misión Milagro, Petroamérica y Petrocaribe serán herramientas geopolíticas que perderán su eficiencia y efectividad.

De tal forma que la estrategia deberá cambiar por un control de espacios de manera táctica, ante la ineficiencia de los grandes despliegues diplomáticos. Cada escenario internacional cobrará nuevo valor. En la agenda destacan: la elección del nuevo Secretario General de la OEA, el impulso final para el ingreso a MERCOSUR y el replanteamiento de las relaciones intercontinentales con la CAN, UNASUR y el ALBA. Las relaciones con Rusia, China e Irán serán una carta usada por otros, pero difícil de ser puesta en práctica por Caracas.

El año que comienza será de movimientos de carácter táctico, en lugar de nuevos desarrollos estratégicos. Sin duda, los diez años de práctica diplomática se pondrán a prueba.

Comentarios

te escribi una larga reflexión con relación a la creación del Consejo Suramericano de Defensa y se me borro. Cuando me inspire otra vez te la envio para que la publiques si te parece pertinente
César J. Sánchez ha dicho que…
Juan Carlos:

a propósito de los comentarios sobre la OEA y el caso Honduras, quiero expresarte que, como sabemos, esa Organización es muy necesaria aún a despecho de los ocasionales casos en que muestra el feo rostro de la hipocresía y el interés personal de sus Secretarios Generales. Un amigable componedor como decimos los abogados en el DI, es aquél que actúa como el presidente Arias en el caso de la pequeña pero digna Honduras. La Carta de la OEA y su último e importante "agregado", la Carta Democrática Interamericana, da al Secretario General, en suma, los recursos para actuar con hidalguía, bonhomía, inteligencia y apego al Pacto. Claro es: si personalmente aquél reune esos atributos. Yo creo que eso fue lo que hizo el presidente Arías con su objetiva intervención quien ya -por cierto - fue vapuleado por el hombre fuerte de Venezuela.
Es importante la letra y el espíritu de los tratados pero también la política como arte y ciencia de conducir al Estado hacia sus fines supremos, aún a despecho de los antagonismos externos, y ésto no puede pasarse por alto. Esto lo comprendieron los hondureños.
Otra cosa que no podemos obviar: qué bochorno y burla ver al presidente de CUBA, pedir la restitución del "jus imperium" de las instituciones democráticas con el señor Zelaya a la cabeza...
Desde mi óptica, opino que es vergonzoso el papel del señor Insulza quien ha hecho gala de una sigular estulticia.

affmo. amigo,

César J. Sánchez