El corolario de la doctrina Chavez en relaciones exteriores


La posición del Gobierno Bolivariano de Venezuela en el conflicto entre el Estado de Israel y las fuerzas paramilitares del Hamas han obligado a un ajuste en su diplomacia.

La doctrina Chávez de la diplomacia ya está plenamente establecida en su praxis. Se inicia con ataque directo en el “Alo Presidente”, el domingo que le corresponda. Luego, el canciller de turno anuncia el retiro del embajador; el venezolano en el país objeto de la medida o el representante de esa nación en Caracas. Algunos ejemplos Colombia, México, Estados Unidos, Argentina, por nombrar algunos. Sin embargo, ha tenido variantes, aviones que van desde recoger al personal venezolano en Bogotá, o la prudencia en no expulsar al Decano del Cuerpo Diplomático, por el salvoconducto negado al Asilado en la Nunciatura.

La doctrina Chávez establece que a continuación se darán intervenciones de los funcionarios de la asamblea nacional, el ejecutivo y recientemente del judicial, que justifican y explican que no se han roto las relaciones, que la hermandad entre el pueblo de Venezuela y el objetivo de la política bolivariana se mantiene pese a todo.

Esta doctrina ha funcionado más o menos bien en todos los casos. Todos la aceptan. Los vecinos regionales, porque nadie quiere más problemas; los Estados Unidos, por qué en su política esta no dar mayor propaganda al Presidente venezolano.

El Derecho Internacional establece que al retirar la aceptación a un embajador acreditado y ordenar la evacuación del personal de una embajada, normalmente conlleva la ruptura de relaciones diplomáticas.

Sin embargo, esta doctrina chavista se ha encontrado recientemente con una diplomacia alejada del equilibrio regional, la Israelí. Frente al desarrollo de la misma, los judíos preguntaron sin ambages: están o no rotas las relaciones diplomáticas.

Según los medios de comunicación, las respuestas de la diplomacia bolivariana buscaban evitar la ruptura. Al poco tiempo, Evo Morales anuncia la ruptura. Poco después, Venezuela siguió a Bolivia, como ha sucedido en varias ocasiones anteriores. Las relaciones diplomáticas se rompieron.

Es la primera vez que la doctrina llega al punto de quiebre, demostrando que jugar en el borde del abismo tiene sus consecuencias. El viernes, el Presidente lamentó en una llamada a la Radio Nacional de Venezuela, que “no hubiéramos querido romper relaciones”, para luego volver al coralario de su doctrina, ·”respetamos al pueblo judío y le hacemos un llamado.”

Esta doctrina tiene su respuesta en la propia naturaleza de la diplomacia; paciencia, lo que hoy exiges a otro, te será exigido algún día.

Publicado en el diario El Nuevo Pais de Caracas.

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