España


Pareciera que la crisis de confianza en España esta superando con creces la recesión económica. Una sucesión de escándalos de corrupción en la administración del estado, del papel de muchos políticos importantes y de la relación de estos con la gestión de recursos para rescatar bancos quebrados, tiene azotada desde los medios a la opinión pública.

En este mar de crisis, un nuevo partido político, con muchas conexiones con las corrientes del socialismo del Siglo XXI venezolano de nombre “Podemos” apareció en la escena política, logrando importantes resultados en las recientes elecciones para los parlamentarios europeos.  En estas elecciones obtuvieron un millón doscientos cincuenta mil votos, que representa casi 8% del total nacional, llevando a 5 parlamentarios al Congreso Supranacional Europeo.  Para una nueva agrupación política, colocarse de cuarto en el mundo político español, a 1% de diferencia de la izquierda tradicional, representada por “Izquierda Unida”, fue un éxito contundente.  En estos días, este grupo político convocó a una “asamblea” para sentar las bases del partido.  Un discurso asambleísta de participación directa, que crea una ilusión de participación en la gente, que pareciera oxigenar a todo el discurso político, pero que atenta a los partidos tradicionales.

Sin embargo, las averiguaciones de la policía, las detenciones, los juicios y en general las actuaciones del estado para perseguir la corrupción, no son percibidos por la opinión pública como acciones del estado para fortalecer. Por el contrario, la opinión pública percibe las investigaciones y las actuaciones de la Fiscalía y Tribunales como un capitulo mas del deterioro del Estado.  En nuestro país, podemos dictar clases del tema, cuando la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia destituyeron al Presidente Carlos Andrés Pérez, la opinión pública lo percibió como una debilidad y no como el elemento de fortaleza del Estado que en realidad era.

Por otro lado, los movimientos separatistas en Cataluña y en otras regiones, no están colaborando en la construcción general de la sociedad. En España se percibe una gran debilidad y la gente siente una gran simpatía por estas soluciones rápidas. Pero la experiencia ha demostrado que las reformas requieren paciencia y construcción consensos que convoquen a todos.  Eso no esta pasando.

Comentarios