Embriagados por el cambio.


El millón de personas que colmó el “ National Mall”, la gran planicie verde que comunica el Congreso y el Monumento a Washington, rompieron el silencio con el juramento de Obama. Después la fiesta no se detuvo más. Mientras dentro del Congreso se ofrecía el primer banquete oficial, afuera la emoción unía a los millones de personas que aguardaban en la intemperie.

Los pocos puestos de comida autorizados en la zona, habían vendido todo antes de la 1 pm. Los más previsivos llevaron sándwiches y chucherías en los largos abrigos para compensar los -10ºC. Los incidentes que narrar sólo fueron por el frio; era difícil contar cuantos baños portátiles se instalaron en el área. Sin embargo, encontrar un lugar para ver el desfile fue imposible. El Congreso distribuyó tickets para los mejores puestos bajo la tarima. Por lo que para una persona sin ellos, era poco probable ver la juramentación y el desfile en primera fila al mismo tiempo. Atravesar la avenida Pensilvania desde el “National Mall”, no estaba permitido por las barras de seguridad.

El desfile, típicamente norteamericano fue muy variado. Pero, las pocas cuadras que Obama caminó, fueron el clímax. Para los más alejados, fue un susto. ¿Qué pasa, que ocurrió? Mientras una masa corría a encaramarse en los postes de luz, que previsivamente habían sido protegidos con cercas para evitar ese uso. Solo querían ver al “Presidente del Pueblo”, como ya se le llama.

Con el fin de la luz terminó el desfile y las miles de personas que estaban en la calle se desbordaron para celebrar. Solo el pequeño grupo que tenía entrada para los 10 bailes de gala de esa noche, no llenaron los bares y restaurantes de toda la ciudad. Chinatown, Dupon Circle, Adams Morgan y en cualquier lugar que ofreciera calor y una pantalla de televisión, esperaban el “primer baile oficial” de la pareja presidencial. Otro momento de emoción, sólo comparable con la propia investidura.

Pero la noche fue larga. Se notó en las miles de personas que mostrando banderines, franelas y recuerdos de todo tipo, salieron de la ciudad desde la noche o temprano a trabajar en la mañana. La emoción le dará unos días a la realidad. Nadie piensa en las primeras medidas políticas y económicas. Eso será después, hoy vivimos la historia.

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