Las ausencias del Bicentenario Venezolano



El desfile cívico militar que inició el año de celebración de los dos siglos de existencia de nuestro país como entidad soberana, sirve como un punto de análisis de once años de política exterior bolivariana.

El Gobierno del Presidente Chávez desarrolló un intenso trabajo diplomático para tener en el marco del desfile a un importante líder mundial, que pudiera legitimar su propio liderazgo. Sin embargo, todos los esfuerzos fueron en vano. El gobierno de Venezuela convidó a los Presidentes de China y Brasil, como representantes emergentes del nuevo multilateralismo, sin éxito. El Presidente Lula se excusó rápidamente, sumido en una campaña presidencial que no sonríe a la candidata oficialista y el Presidente Hu Jintao canceló poco tiempo antes de la celebración.

Los presidentes miembros del ALBA no eran suficientes para justificar una cumbre extraordinaria bicentenaria. La Presidente de Argentina vino al rescate y de inmediato las celebraciones terminaron girando a su alrededor, otorgándole el mayor privilegio establecido en los actos protocolares al pronunciar el discurso de orden ante el Poder Legislativo.

Pero las celebraciones pueden evaluarse más por las ausencias históricas fundamentales. De los seis países que liberó Simón Bolivar y que son herederos directos de la gesta del 19 de abril, solo 2 enviaron a sus Presidentes, Bolivia y Ecuador. Colombia, Panamá y Perú no estuvieron presentes en las celebraciones. Esta ausencia no podía ser disimulada.

Estas sillas vacías, vistas en la perspectiva de las celebraciones de Venezuela en el pasado, son aún peores. El bicentenario del natalicio del Libertador, culminó en un imponente desfile de personalidades, con la presencia de todos los presidentes bolivarianos, buena parte de los latinoamericanos y el Rey de España. Pero eso era el año 1983.

En el centenario de la independencia, los Presidentes de los países bolivarianos suscribimos 13 tratados para afianzar la alianza histórica y el estado de derecho internacional, en un encuentro en Caracas que se denominó el Congreso Boliviano. Se firmaron acuerdos sobre propiedad intelectual, correos, telégrafos, títulos académicos, relaciones comerciales, por solo comentar algunos. Pero eso fue 1911.

Las ausencias protocolares de esta ocasión esconden un alejamiento de los objetivos históricos de la nación venezolana. La ruptura de tratados y el desconocimiento del derecho internacional, parecen ser el fondo de estas celebraciones. Esto es el 2010.
Fotos del desfile bicentenario. En rojo, el uniforme de gala de la Milicia Bolivariana.

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